LECCIÓN 04: LO BELLO Y LO SUBLIME

Enric Abad
Pierre Badia
Georgina Casanova

LO SUBLIME

"El clasicismo romántico tendía no tanto a lo "bello" en el sentido de Aristóteles y los estetas del siglo XVIII, sino hacia lo que había sido descrito por Edmund Burke en 1756 como "lo sublime". (HITCHCOCK, 1958)

"Aristóteles mantiene la idea platónica del arte como imitación, ya sea de la naturaleza o de acontecimientos humanos. La división de las artes se establece en virtud del objeto que imitan ofreciendo un "placer propio" que depende de la exactitud de la imitación así como de la disposición ordenada y armónica de las partes. Así mismo, se le atribuye a Aristóteles el haber creado la primera teoría catárquica sobre el arte."

http://www.cibernous.com/glosario/alaz/estetica.html

"Lo bello tiene de común con lo sublime que ambos placen por sí mismos. (...) Pero hay también entre ambos [lo bello y lo sublime] diferencias considerables, que están a la vista. Lo bello de la naturaleza se refiere a la forma del objeto, que consiste en su limitación; lo sublime, al contrario, puede encontrarse en un objeto sin forma, en cuanto en él, u ocasionada por él, es representada ilimitación y pensada, sin embargo, una totalidad de la misma, (...) Así es la satisfacción unida allí [lo bello] con la representación de la cualidad; aquí [lo sublime], empero, con la de la cantidad. (...) y así, como emoción, parece ser [lo sublime], no un juego, sino seriedad en la ocupación de la imaginación. De aquí que no pueda unirse con encanto; y siendo el espíritu, no sólo atraído por el objeto, sino sucesivamente también siempre rechazado por él, la satisfacción en lo sublime merece llamarse no tanto placer positivo como, mejor, admiración o respeto, es decir, placer negativo. (...)"




SUBLIME
LO BELLO
Sin forma
Forma
Ilimitado*
Limitado
Cantidad
Cualidad
Seriedad
Que juega
Sentimiento (reacción frente una realidad)*
Encanto
Se puede imaginar mediante la razón
Se puede imaginar sin necesidad de razonar
Placer negativo*
Placer positivo
Objetivo
Subjetivo



Ilimitado

Definición verbal de lo sublime.
Sublime llamamos a lo que es absolutamente grande. (...)
Aquello que es grande por encima de toda comparación. (...)
La definición anterior puede expresarse también así: Sublime es aquello en comparación con lo cual toda otra cosa es pequeña. (...)
Podemos, pues, añadir a las anteriores formas de la definición de lo sublime esta más: Lo infinito es absolutamente (no sólo comparativamente) grande. Comparado con él, todo lo otro (magnitudes de la misma especie) es pequeño. Pero (esto es lo más importante) el poder solamente pensarlo como un todo denota una facultad del espíritu que supera toda medida de los sentidos, (...)
Para poder sólo pensar el infinito dado sin contradicción, se exige en el espíritu humano una facultad que sea ella misma suprasensible, (...)
Sublime es, pues, la naturaleza en aquellos de sus fenómenos cuya intuición lleva consigo la idea de su infinitud. Esto último, ahora bien, no puede ocurrir más que mediante la inadecuación incluso del mayor esfuerzo de nuestra imaginación para la apreciación de la magnitud de un objeto. (...)


El infinito tiene la transparencia del mal.

Lo que nos rebasa nos desprecia.

Lo que se nos escapa nos destruye



Edmond Jabés. El libro de las preguntas


Sentimiento: reacción frente una realidad

"Todo lo que es a propósito de cualquier modo para excitar las ideas de pena y de peligro, es decir, todo lo que de algún modo es terrible, todo lo que versa acerca de los objetos terribles, u obra de un modo análogo al terror, es un principio de sublimidad: esto es, produce la más grande emoción que el espíritu es capaz de sentir. Digo la más fuerte emoción, porque estoy convencido de que las ideas de pena son mucho más poderosas que las que nos vienen del placer."
(Burke, 1757)


Placer negativo

El sentimiento de lo sublime es, pues, un sentimiento de dolor que nace de la inadecuación de la imaginación, en la apreciación estética de las magnitudes, con la apreciación mediante la razón; y es, al mismo tiempo, un placer despertado por la concordancia que tiene justamente ese juicio de inadecuación de la mayor facultad sensible con ideas de la razón, en cuanto el esfuerzo hacia éstas es para nosotros una ley." (Kant, 1790)

"El desierto es el lugar del sublime, lo bello y lo pintoresco quedan fuera de él. La sublimidad entendida según Burke surge de la contemplación de la grandeza que se desprende de lo absoluto. Pero la contemplación exige de por sí una distancia un punto de mira que no se encuentre inmerso en lo inabarcable, pues es temor no sublime lo que siente el caminante en el desierto. El desierto es sublime visto desde la muralla de la ciudad desde donde se contempla. Para Kant el sublime no es una categoría estética al igual que la belleza pues no cumple completamente las exigencias de falta de conocimiento y de desinterés. Lo sublime no es una cualidad del objeto sino del sujeto que lo contempla, a raíz de un desfase producido entre nuestra intuición y la magnitud de tales objetos. Es un mecanismo de defensa proporcionado por la razón con la cual podemos someter al objeto. Someter al objeto, dominar al desierto gracias a la razón."

http://www.pliegosdeopinion.net/pdo5/pensamiento/filosofia.htm



Definición de lo sublime según Schopenhauer

"Transportémonos a una comarca solitaria; el horizonte es infinito, el cielo aparece sin nubes; ningún soplo de viento agita los árboles ni las demás plantas; no hay animales, ni hombres, ni aguas vivas; reina el silencio más profundo; semejante paisaje invita a lo serio, a la contemplación, al olvido de toda voluntad y de sus miserias; pero esto da también a aquel paisaje donde dominan la soledad y el silencio cierto matiz de sublimidad. Pues como la voluntad, ávida siempre de desear y de adquirir, no encuentra objeto alguno favorable ni desfavorable, no queda más que el estado de contemplación pura, (...)
La comarca que hemos descrito nos da, pues, un ejemplo de lo sublime en grado inferior. Al conocimiento puro, con su calma y su sobriedad, se halla asociado como contraste el recuerdo de una voluntad siempre dependiente, siempre miserable, agitada siempre por la necesidad de moverse. Este género de sublimidad es el que caracteriza la belleza bien conocida de las praderas sin fin de la América del Norte. Despojemos a esta comarca de toda vegetación, no le dejemos más que rocas peladas, enseguida la voluntad se sentirá inquieta por la falta de toda producción orgánica que pueda servir para nuestra subsistencia; el desierto adquirirá un aspecto aterrador, (...)
El sentimiento de lo sublime nos dominará claramente. Aumentará todavía en las siguientes circunstancias: la Naturaleza se halla en violenta agitación, las nubes amenazadoras que oscurecen el cielo dejan pasar tan sólo una media luz, inmensas rocas peladas, que parecen próximas a desplomarse, cierran el horizonte juntándose, los torrentes braman y espuman, el viento gime en las gargantas de las montañas. Nuestra dependencia, nuestra lucha contra una naturaleza enemiga, nuestra voluntad vencida en el combate, todo esto se nos aparece entonces visiblemente; pero mientras no se sobrepone nuestro sentimiento de angustia personal y nos mantenemos en la contemplación estética, el sujeto puro del conocimiento a quien nada de esto concierne ni conmueve, observa tranquilamente esta lucha de la Naturaleza, esta imagen de la voluntad quebrantada, y en estos mismos objetos amenazadores y temibles para la voluntad no percibe más que sus Ideas. En ese contraste descansa el sentimiento de lo sublime. Esta impresión se hace todavía más poderosa cuando la lucha de los elementos desencadenados se efectúa ante nuestros ojos; (...)
En estos instantes es cuando el intrépido espectador de semejante cuadro reconoce con toda evidencia la naturaleza doble de su conciencia; comprende que es individuo, fenómeno frágil de la voluntad, a quien el golpe menor de aquellas fuerzas podría aniquilar; ser impotente contra la poderosa Naturaleza, criatura dependiente, juguete de la suerte, átomo imperceptible enfrente de poderes colosales, pero al mismo tiempo se siente sujeto inmortal del conocimiento puro, que, como condición del objeto, es el portador del mundo entero; siente que esta lucha aterradora de la Naturaleza no es más que su propia representación, y que él mismo, en la tranquila contemplación de las Ideas, es un ser libre y ajeno a toda voluntad y a toda miseria. Tal es la impresión perfecta de lo sublime. Lo que lo produce es la contemplación de un poder incomparablemente superior al hombre y que amenaza aniquilarle. Esta impresión puede producirse también, de una manera muy diferente, cuando nos representamos una simple cantidad en el espacio y el tiempo, cuyas proporciones ilimitadas nos reducen a la nada. Podemos llamar al primer género sublime dinámico (lo bello según Kant) y al segundo sublime matemático (lo sublime según Kant), conservando las denominaciones y la exacta división de Kant".
(Schopenhauer, 1819)


Arquitectura sublime

Como ejemplo de arquitectura sublime encontramos el Cristal Palace. El empleo de cristal le da a esta arquitectura un carácter sublime debido a la pérdida de límites y la desmaterialización por el uso de placas de cristal y vigas pintadas de color azul, que se camuflan en el cielo. La construcción de este singular edificio creó a la vez una opinión positiva y negativa y como se aprecia en la cita a continuación:

"Las condiciones en que fue emprendida la construcción del Crystal Palace no habrían podido ser respetadas, entendemos, de ningún otro modo más que con la ejecución del admirable proyecto de Mr. Paxton. Y admitamos sin más que estamos llenos de admiración por los efectos internos sin precedentes de tal estructura (...) un efecto de espacio y de hecho una espaciosidad nunca obtenida hasta ahora; una perspectiva tan vasta que el efecto atmosférico de la extrema distancia es del todo nuevo y singular; una difusa luminosidad y un brillo fabuloso, nunca supuestos antes; y sobre todo -uno de los atributos que más nos satisfacen- una evidente franqueza y un realismo constructivo impagable. Y sin embargo, se ha formado en nosotros la convicción de que eso no es arquitectura: es ingeniería -de la mejor calidad y excelencia- pero no arquitectura. La forma está enteramente por llegar, así como también las ideas de estabilidad y solidez (...). Además, la infinita repetición de los mismos elementos componentes -indispensable en una estructura como ésa- nos parece que niega cualquier aspiración a una más alta calidad arquitectónica." (The Ecclesiologist, 1851)


Planta i alçat Crystal Palace



Torre de defensa de Viena

Sanatorio de Paimio (Alvar Aalto)

Nueva Galería Nacional (Mies van der Rohe)

Plaza del Tenis (Peña Ganchegui)

LO BELLO

"Lo bello perderá la exclusividad del goce estético con la aparición de otro concepto desarrollado por Edmund Burke: lo sublime. Según este autor la belleza es un amor sin deseo y lo sublime implica cierto grado de temor, dolor por aquello que se contempla. Si la belleza es susceptible de producir amor, lo sublime tiene la capacidad de crearnos inquietud y temor. Ambos son goces estéticos. Este concepto de lo sublime fue retomado por Kant y reelaborado como aquel sentimiento que surge cuando nos enfrentamos a algo sumamente vasto y abrumador que nos sobrepasa y que, sin embargo, acrecienta y pone de manifiesto la dignidad y nobleza del hombre, pese a sus límites racionales."
"El juicio del gusto es subjetivo pero universalizable por mostrar la relación que se produce entre la representación y una satisfacción especial que se caracteriza por el desinterés. El sentimiento estético ha de ser desinteresado y ajeno a los fines. Lo bello es "una finalidad sin fin" o una "intencionalidad sin intención"." "La belleza es, en Platón, una idea que se refleja en las cosas. Lo bello es tal porque en él relumbra la idea que lo determina y que nos transporta más allá de la apariencia inmediata. En el "aparecer" de las cosas bellas se da o aparece la idea como idea."
"La belleza nos permite salir de un estado sumido en la sensibilidad a otro estado que será plenamente humano por ser inteligible y racional." (Schiller)

Definición de lo bello según filósofos de mediados del siglo XVIII:
  • Baumgarten (1714 - 1762) (Considerado el fundador de la estética).
    Según él, el conocimiento lógico tiene por objeto la belleza. Esta es lo perfecto o lo absoluto reconocido por los sentidos. Y la bondad, por otra parte, es lo perfecto alcanzado por la voluntad moral.
    Define la belleza como una correspondencia, es decir, un orden entre ambas partes, en sus relaciones mutuas y en su relación con el conjunto. En cuanto al fin de la belleza, es gustar y excitar el deseo.
    Por lo que toca a las manifestaciones de la belleza, Baumgarten estima que la encarnación suprema de la belleza nos aparece en la naturaleza, y deduce de ahí que el ideal supremo del arte es copiar a la naturaleza.

  • Súlzer (1720-1777)
    Sólo considera bello lo que contiene una parte de bondad; la belleza es lo que evoca y desarrolla el sentimiento moral.

  • Mendelsshon (1729-1786)
    Cree que el único fin del arte es la perfección moral.

  • Winckelmann (1717-1768)
    Niega que el arte deba tender a ningún fin moral, y le asigna como meta la belleza exterior, que limita a la belleza visible. Según Winckelmann, hay tres especies de belleza: primero, la belleza de la forma; segundo, la belleza de la idea, que se expresa por la posición de las figuras; y tercero, la belleza de expresión, que resulta del acuerdo de las dos anteriores bellezas. Esta belleza de la expresión, es el fin supremo del arte; la realizó el arte antiguo; por consiguiente, el arte moderno debe tender a imitar el arte antiguo.

  • Shaftesbury (1690-1713)
    Lo que es bello es armonioso y bien proporcionado, lo que es armonioso y bien proporcionado es verdadero; y lo que es a la vez bello y verdadero es naturalmente agradable y bueno. Dios es la suma de toda belleza; de él procede la belleza y la bondad; así, a juicio de ese inglés, la belleza es distinta a la bondad, y, sin embargo, se confunde con ella.

  • Hutcheson (1694 - 1747)
    El fin del arte es la belleza, cuya esencia consiste en evocar en nosotros la perfección de uniformidad en la variedad. Tenemos dentro de nosotros un sentido interno, que nos permite reconocer lo que es arte, pero que puede estar en contradicción con el sentido estético. En fin, según Hutcheson, la belleza no corresponde siempre a la bondad, sino que a veces se aparta de ella y hasta es su rival.

  • Home (1696-1782)
    La belleza es lo que gusta. Únicamente el gusto define. El ideal del gusto es que el máximo de riqueza, de plenitud, de fuerza y de variedad de impresiones, esté contenido en los más estrechos límites. Tal es también el ideal de una obra perfecta de arte.

  • Burke (1729-1797)
    Lo sublime y lo bello son los fines del arte, tienen su origen en nuestro instinto de conservación y de sociabilidad. La defensa del individuo, y la guerra, que es su consecuencia, son las fuentes de lo sublime; la sociabilidad y el instinto sexual que de ella dimanan, son la fuente de lo bello.

  • Padre André (Ensayo sobre lo Bello, 1741)
    Hay tres especies de belleza; la divina, la natural y la artificial.

  • Batteux (1713-1780)
    El arte consiste en imitar la belleza de la naturaleza y su objeto debe consistir en agradar. Tal es también la definición de Diderot, Voltaire y d'Alembert estiman que las leyes del gusto deciden en materia de belleza, pero que esas leyes no pueden definirse.

  • Pagano
    Consiste el arte en reunir las bellezas dispersas en el seno de la naturaleza. A juicio suyo, la belleza se confunde con la bondad: la belleza es la bondad hecha visible y la bondad es la belleza interna.

  • Muratori (1762-1790) y Spalletti ( Saggio sopra la belleza, 1755)
    El arte se asemeja a una sensación egoísta nacida a impulsos de la sociabilidad.

  • Harmterbuis (1770-1790)
    Según él, la belleza es lo que procura más placer, y lo que nos procura más placer es lo que nos da mayor número de ideas en el menor espacio de tiempo. Así el goce de lo bello es, para él, el mayor de todos porque nos da mayor cantidad de ideas en menos espacio de tiempo.

  • Kant
    El hombre conoce la naturaleza fuera de él, y se conoce a sí mismo en la naturaleza. En la naturaleza busca la verdad, en sí mismo busca la bondad. La primera de esas investigaciones pertenece al dominio de la razón pura, la segunda, al de la razón práctica. Pero, además, de estos dos medios de percepción, existe también la capacidad de juzgar, que puede producir juicios sin conceptos y placeres sin deseos. Esta capacidad es la base del sentimiento estético. La belleza, según Kant, es, desde el punto de vista subjetivo, lo que gusta de una manera general y necesaria, sin concepto y sin utilidad práctica. Desde el punto de vista objetivo, es la forma de un objeto que agrada, con tal de que este objeto nos agrade, sin cuidarnos para nada de su utilidad.

  • Fichte (1762-1814)
    Este sostiene que el mundo tiene dos aspectos, existiendo en una parte la suma de nuestras limitaciones, y en la otra la suma de nuestra libre actividad ideal. Por el primer aspecto, todo resulta desfigurado, comprimido, mutilado y vemos su fealdad; por el segundo, percibimos los objetos en su plenitud y vidas íntimas, viendo así la belleza. Según Fichte, ésta no reside en el mundo, sino es el alma bella. Tiene el arte por fin la educación no sólo de la inteligencia y del corazón, sino del hombre entero. De ahí resulta que los caracteres de la belleza no provienen de las sensaciones exteriores, sino de la presencia de un alma bella en el artista.

  • Schelling (1775-1854)
    El arte es el resultado de una concepción de las cosas en la cual el sujeto es la percepción de lo infinito en lo finito. El arte es la unión de lo subjetivo y de lo objetivo, de la naturaleza y la razón, de lo consciente y de lo inconsciente. Y la belleza es también la contemplación de las cosas en sí, tales como existen en sus prototipos. Ni la ciencia ni la destreza del artista producen la belleza, sino de la idea de la belleza que está en él.

  • Hégel (1770-1831)
    Dios se manifiesta en la naturaleza y en el arte bajo la forma de la belleza: la belleza es el reflejo de la idea de la materia. Únicamente el alma es bella; pero la inteligencia se muestra a nosotros bajo la forma sensible, y esta apariencia sensible del espíritu es la única realidad de la belleza. La belleza y la verdad en tal sistema son una sola y única cosa: la belleza es la expresión sensible de la verdad.

  • Herbart (1776-1841)
    No hay ni puede haber una belleza que exista en sí misma. Nada existe fuera de nuestra opinión, y ésta se basa en nuestras impresiones personales. Hay ciertas relaciones que llamamos bellas; y el arte consiste en describirlas, así en la pintura como en la música y la poesía.

  • Schopenhauer (1788-1866)
    La voluntad se objetiva en el mundo en diversos planos; cada uno de ellos tiene su belleza propia, y el más alto de todos es el más bello. La renunciación de nuestra individualidad, permitiéndonos contemplar esas manifestaciones de la voluntad, nos da una percepción de la belleza. Todos los hombres poseen la capacidad de objetivar la idea en diferentes planos; pero el genio del artista tiene tal capacidad en más alto grado y puede así producir una belleza superior.

  • Hartrnann (nacido en 1842)
    La belleza no reside ni en el mundo exterior, ni en la cosa en sí, ni en el alma, sino en la apariencia producida por el artista. La cosa en sí no es bella, pero nos parece bella cuando el artista la transforma.

  • Schnaase (1798-1875)
    No hay en el mundo belleza perfecta. La naturaleza se aproxima a ella; el arte nos da lo que no puede darnos la naturaleza.

  • Kirkmann (1802-1884)
    Hay seis grandes divisiones en la historia: de la ciencia, de la riqueza, de la moral, de la fe, de la política y de la belleza. El arte es la actividad ejerciéndose en el dominio de esta última división.

  • Helmholtz (1821-1896)
    Sólo se ocupó de estética musical, que la belleza en la música sólo se obtiene mediante la observación de ciertas leyes invariables: leyes que el artista no conoce, pero a las cuales obedece de un modo inconsciente.

  • Bergmann (Ueber das Schoene, 1887)
    Es imposible definir la belleza de un modo objetivo. La belleza no puede ser percibida sino de un modo subjetivo, y por consiguiente, el problema de la estética consiste en definir lo que gusta a cada cual.

  • Jungmann (muerto en 1885)
    1º la belleza es una cualidad suprasensible de las cosas; 2º el placer artístico se produce en nosotros por la simple contemplación de la belleza; 3º la belleza es el fundamento del amor.

  • Cousín (1792-1867)
    La belleza descansa siempre sobre una base moral. Afirmaba que podía ser definida objetivamente, y que era, por esencia, la variedad en la unidad.

  • Jouffroy (1796-1842)
    Veía en la belleza una expresión de lo invisible.

  • Ravaissón
    Consideraba la belleza como el objeto y fin supremo del universo.

  • Renouvier
    No dudemos en afirmar que una verdad que fuese bella no seria más que un juego lógico de nuestro espíritu, y que la única verdad sólida y digna de este nombre es la belleza.

  • Taine (1828-1893)
    Hay belleza cuando el carácter esencial de una idea importante se manifiesta más completamente que en la realidad.

  • Guyau (1854-1888)
    La belleza no es una cosa exterior al objeto, sino la quintaesencia del objeto. El arte es la expresión de una vida razonable y consciente, que evoca en nosotros a la vez la conciencia más profunda de nuestra existencia y los más altos sentimientos y los pensamientos más nobles. A su parecer, el arte transporta al hombre desde la vida personal a la vida universal por medio de una participación de los mismos sentimientos y de las mismas ideas.

  • Cherbuliez
    El arte es una actividad que: 1º satisface nuestro amor innato por las apariencias; 2º encarna, en esas mismas apariencias, ideas; y 3º da al mismo tiempo placer a nuestros sentidos, a nuestro corazón y a nuestra razón.

  • Mario Pilo (1895)
    La belleza es producto de nuestras impresiones físicas. El fin del arte es el placer: pero el autor estima que este placer debe ser eminentemente moral.

  • Fierens-Geváert (1897)
    El arte consiste en el equilibrio entre el mantenimiento de las tradiciones de lo pasado y la expresión del ideal de lo presente.

  • El Sár Peladán
    La belleza es una de las manifestaciones de Dios. No hay más realidad que Dios, no hay más verdad que Dios, no hay más belleza que Dios.

  • Verón (1878)
    Se distingue de las demás obras del mismo género, por su claridad y por lo comprensible que es. Sin dar una definición exacta del arte, el autor tiene el mérito de desembarazar la estética de todas las vagas nociones de la belleza absoluta. EI arte, según Verón, es la manifestación de una emoción exteriorizada por una combinación de líneas, formas, colores, o por una sucesión de movimientos, de ritmos y de sonidos.

  • Carlos Darwin (1805-1882)
    La belleza es un sentimiento natural, no sólo en los hombres, sino en los animales. Los pájaros adornan sus nidos y se fijan en la belleza, en sus relaciones sexuales. La belleza, por otra parte, es un conjunto de nociones y de sentimientos diversos. El origen de la música debe buscarse en el llamamiento dirigido por los machos a las hembras. Siguiendo a Herberto Spencer (nacido en 1820), el origen del arte debe buscarse en los juegos. En los animales inferiores toda la energía vital se emplea en asegurar la vida individual y la de la raza; pero en el hombre, cuando sus instintos están satisfechos, queda un exceso de fuerza que se consume en los juegos y luego en el arte.

  • Grant Allen (1877)
    La belleza tiene un origen físico. Los placeres estéticos provienen de la contemplación de la belleza, pero la concepción de la belleza es el resultado de un proceso fisiológico. Lo bello, es lo que procura un máximo de estímulo con un mínimo de gasto.

  • Sully
    Elimina en absoluto la noción de belleza. El arte, en su definición, es sencillamente un producto capaz de procurar a su productor un goce activo y hacer nacer una impresión agradable en cierto número de espectadores o de oyentes, con independencia de toda consideración de utilidad práctica.