Meditación
sobre rascacielos dobles
Entre el proyecto de rascacielos para la Friedrichstrasse de Berlín y el
proyecto de rascacielos de acero y vidrio, la arquitectura de Mies se transforma
decisivamente. No sólo por la sustitución del "cristal" por el
"vidrio" (sustitución del brillo coloreado por la transparencia y la
refracción), sino, sobre todo, porque el núcleo del edificio se divide. Como
un embrión que empezase, por división, su crecimiento.
En ese momento Mies descubrió una clase
nueva de rascacielos -el rascacielos doble-, que desarrollaría en proyectos
posteriores y muy especialmente en las torres del 860 de Lake Shore Drive en
Chicago.
El rascacielos doble quiebra la voluntad
de excepción, de triunfo de la libertad, de gesto de orgullo individualista de
la torre que se eleva única e incomparable, majestuosa por encima de cualquier
miseria humana.
El rascacielos doble es muy distinto:
quien dice "dos" dice "más de uno", o "un número
cualquiera, indeterminado". El rascacielos doble es "uno más",
es una imagen de la mercancía. Cuando hay dos iguales, hay más de uno... son
intercambiables. Carecen de atributos. Solamente admiten una consideración
cuantitativa, no cualitativa.
El rascacielos de acero y vidrio de Mies
no tiene ninguna voluntad de forma; es sencillamente lo que es: un número muy
grande de suelos horizontales montados en vertical uno sobre otro. Sin
voladizos, sin articulación, sin subdivisión en partes, sin composición, pura
adición regular; superposición de un número indeterminado de pisos todos
iguales en un número indeterminado de edificios todos iguales.
Las Twin Towers eran las mayores de Nueva
York , y eran dos. (En realidad más de dos, creo haber contado hasta
siete en algún esquema publicado en la prensa). Por su tamaño y por esa
condición doble, por su falta de peculiaridades cualitativas propias
constituían efectivamente un símbolo del corazón comercial
norteamericano.
El pentágono, en cambio, era pura forma.
Era la forma de la planta la que daba nombre al edificio donde se encuentra la
cabeza de la estructura militar estadounidense.
Por todo ello, probablemente, ha sido tan
rápida y fácil la reconstrucción del pentágono, y plantea tantas dudas lo
que se puede hacer con la "zona cero".
La imagen del 11-S, con los enormes
aviones cargados únicamente con seres humanos y estrellándose contra
rascacielos igualmente ocupados por personas, forma una apocalíptica
superposición de las historias de Icaro y de la torre de Babel. Parece un
violentísimo castigo a la soberbia de la inteligencia humana que habría
creído poder dominar a la naturaleza y a sus leyes, y muy especialmente a la de
la gravedad.
Y como telón de fondo que explica esa
imagen, una guerra de religión -por la ascensión a los cielos- y guerra
por el petróleo -por los desplazamientos humanos a velocidad mucho mayor de la
"natural". Si nos lo explican en una novela o en una película nos
habría parecido demasiado simplista.
Y, volviendo a la arquitectura y
a su historia: ¿vive o murió Minoru Yamasaki?
Chicago Tribune, 1922
Feria
Mundial, Chicago 1893
"Y Sullivan? El Transportation Building forma parte de la zona monumental, la del Lagoon Park. En las otras zonas más interiores, la tira de Midway Plaisance y el gran rectángulo del Washington Park, se sitúan los pabellones extranjeros, característicos pero decididamente menores; confirman la gran alegoría de la Exposición, con una zona americana sobre el lago, revestida de una ordenada y eficiente grandiosidad, gigantesca y áulica representación de los valores; y con los pabellones del viejo mundo distribuídos en los parques interiores, entre las curiosidades y las expresiones vivaces de lo lúdico pero sin duda no asumibles como modelo para una sociedad en desarrollo. El Transportation Building cierra la zona más monumental hacia los parques del interior, quedando a espaldas de los grandes edificios que presiden la Court of Honour. Es una gran cubierta, con un espacio interior vasto y rítmico, que acoge los diversos stands de exposición. En la propuesta inicial, Sullivan preveía dos accesos monumentales en el lado largo hacia el enorme edificio de Post. Pero Burnham está preocupado por el efecto del conjunto: cree firmemente en la validez superior de la implantación clasicista y del lenguaje académico de los edificios blancos de la Court of Honour y teme que la obra sullivaniana pueda perturbar la armonía. Debe tener la sensación de que, circunscribiendo la interferencia estilística y cromática a un solo elemento, su inserción pueda ser compatible con el conjunto, en un contexto estilísticamente uniforme pero excepcional, donde todo puede suceder.
Leyendo la carta que le envía a Sullivan el 11 de febrero de 1891 se descubre, de hecho, con gran sorpresa, que la famosa Puerta de oro, con la que Sullivan señala fantásticamente su propia respuesta a la homologante manera arquitectónica gestionada por Burnham, la Golden Doorway, que campeará en las páginas de todos los textos de historia de la arquitectura norteamericana, es directa consecuencia -al menos en su gigantismo y en su colocación- de un apremiante consejo del "gran mercader". "El mejor modo posible para que puedas resolver el problema de ejes que descubrimos el otro día -le escribe- será poner un solo gran acceso desde el este... más rico que los propuestos hasta ahora... correspondiendo al eje transversal del Manufactures Building. De todos modos, es el lugar acertado para una entrada... Estoy seguro de que el efecto de tu edificio será mucho mejor que con el viejo sistema de las dos entradas..."
La respuesta de Sullivan la conocemos: pondrá sobre aquella puerta, fuera de eje respecto del propio edificio y en eje con el más enorme de los mastodontes de la Exposición, un fantasmagórico portal, resplandeciente de oro, de relieves y de color, el más solar arco de triunfo que la arquitectura de todos los tiempos haya conocido. ¿Para el triunfo de quién? Del indómito artista, capaz, con su trabajo intelectual, de iluminar el mundo. ¿Y el semicírculo resplandeciente es un sol que sale; o bien, por el contrario, representa un radiante crepúsculo?"
(Manieri Elia, 1995)
El arquitecto como organizador: D.H. Burnham
"Mientras tanto, Burnham y Root habían preparado los planos para un edificio de dieciseis pisos de fábrica maciza (solid masonry), que se iba a llamar "Monadnock"... el "Monadnock" siguió adelante; un asombroso acantilado de ladrillo (brickwork), levantándose puro y fuerte, con una sutileza de línea y superficie, una firmeza de objetivos, que transmitía la emoción de la aventura. Fue la primera y última obra de su clase; una gran palabra en su día,pero su7 día se desvaneció apenas en una noche, dejándole en pie como un símbolo, como un monumento solitario, señalando la pleamar de la construcción con muros (masonry construction) aplicada a edificios comerciales.
El sistema Bessemer para la fabricación de acero "dulce" se había estado usando en las fábricas de Pennsilvania durante algún tiempo, pero la producción se había destinado solamente a raíles de acero; los perfiles estructurales se seguían laminando en hierro. El procedimiento Bessemer era revolucionario, y la historia de sus primeras pruebas y tribulaciones, su éxito final forma un capítulo aparte en la biblia de la industria moderna."
(Sullivan, 1924)
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